Por Paola García | Biología, UNAM
Antes de comenzar nuestra reunión de septiembre, esperamos entre tamales y café charlando sobre cómo nos ha ido en el lugar donde comenzaron las primeras reuniones de la FLAG: el estacionamiento de las oficinas de la fundación. Ahí recibimos también a Giselle González, a quién tuvimos la dicha de conocer en una reunión anterior.
Subimos a una sala para iniciar con nuestro primer taller, en donde Giselle nos compartió consejos y técnicas para mejorar nuestra redacción en cartas de motivos e incluso en CVs. Esto fue de gran valor debido a que varios de nosotros nos encontramos en una etapa de transición de la vida académica a la vida laboral. Algunos miembros expresaron su sentir sobre la incertidumbre de esta nueva era y Giselle fue muy cálida al darnos palabras de aliento y ofrecernos su apoyo.
Después de un pequeño descanso, tuvimos por primera vez la visita de Mariela López. Ella es asesora de imagen y justo nos enseñó la forma en que podemos comunicar diferentes valores a través de líneas en nuestra vestimenta. Nos mostró ejemplos con fotografías y, como ejercicio, nos hizo pensar en tres valores y asociarlos con líneas. Lo anterior, con el fin de que podamos aplicarlo a nuestra vestimenta en el ámbito profesional, pues, dependiendo de nuestras carreras lo que necesitamos transmitir hacia las personas puede ser distinto: en medicina, donde hay que transmitir confianza a los pacientes; o en diseño y comunicación visual, donde hay que reflejar creatividad.
Al finalizar, Mariela nos dio un pequeño presente y gracias a las aportaciones tanto de ella, como de Giselle, pudimos salir de la sala con más herramientas para afrontar el miedo que sentimos ante el hecho de finalizar nuestra era como estudiantes; pero también con un sentimiento de apoyo dentro de la comunidad que hemos formado como FLAGs.