Por Andrés Zárate | Economía, UNAM
Nuestra última sesión grupal tuvo como sede Balance 22, lugar donde previamente aprendimos acerca de la conexión entre nuestro cuerpo y mente como una forma de identificar aquello que nos ayuda a estar en equilibrio físico-emocional.
La sesión comenzó compartiendo nuestras experiencias durante la campaña de procuración de fondos de la FLAG «¡Todos para unx!, donde todos coincidimos en lo abrumadora que resultó la campaña y lo complicado que fue la recaudación, principalmente por los tiempos tanto de la campaña como de nuestras vidas académicas y profesionales.
No obstante lo anterior, tuvimos claro desde el inicio el privilegio que tuvimos de ser parte de la FLAG y el impacto que ha tenido en nuestras vidas, por ello queríamos que alguien más tuviera la oportunidad de formar parte de esta comunidad y esto nos llevó a crear talleres, vender muebles, participar en eventos académicos, vender libros, organizar rifas y pedir donativos, tanto en nuestros círculos cercanos como a personas fuera de estos.
Al final todos los esfuerzos de la comunidad FLAG o, como nos gusta llamarle, de nuestra FLAGmilia se vieron reflejados y superamos la meta de recaudación en un 30%. Sin duda fue un gran reto que nos dejó muchos aprendizajes, pero sobre todo la satisfacción de becar a un estudiante más.
Posterior a discutir los logros de la campaña, discutimos nuestro ejercicio del mes, el cual consistía en escribir en qué creemos, así como la experiencia más importante que tuvimos con la FLAG. Si bien cada uno de los FLAGs compartió diferentes ideologías y momentos importantes, todos coincidimos en algo: creemos en la gente de este país, podemos hacer de México un lugar mejor para nosotros y quienes nos precedan en el futuro, vamos por buen camino, pero aún hay mucho por hacer.
La esperanza por construir sociedades equitativas, sostenibles e inclusivas yace en las acciones cada vez más generalizadas que las generaciones actuales y pasadas realizan para estos fines. En nuestra FLAGmilia vemos estas acciones, lo cual nos motiva a seguir siendo proactivos y practicar la empatía, honestidad y fraternidad, con la certeza que cada pequeña acción tendrá efectos multiplicadores en nuestra sociedad con el tiempo.
La FLAG nos mostró que hay un inmenso océano allá afuera lleno de posibilidades y mejoras, ¿hasta donde llegaremos? No lo sé, el límite es su propia imaginación, pero por el tiempo que les he conocido puedo asegurarles con toda certeza que todos sus proyectos y metas se verán realizadas.
Finalmente, tuvimos un rewind de nuestro tiempo como FLAGs, recordando desde los nervios que sentimos el primer día que nos conocimos hasta el sentimiento de nostalgia por terminar este ciclo en nuestras vidas. Sin embargo, nos quedamos con amistades que, tengo la certeza, serán para toda la vida.
Gracias Julie, Mónica y Dámaris, por cambiar vidas y seguir haciendo todo esto posible.
Hasta que nos volvamos a encontrar. 💫